sábado, 24 de julio de 2010

Ocaso de Leguía

El caudillaje de Augusto B. Leguía, después de la etapa de fascinación en 1919, de la etapa de lucha entre 1919 y 1925 y de la etapa de apoteosis entre 1926 y 1929, tenía que conducir a un final; el autoritarismo, el propósito de perpetuarse en el poder y la crisis mundial financiera, fueron factores del ocaso de Leguía.
 
Tras once años en el poder, en 1930 Augusto B. Leguía fue derrocado por una revolución militar, encabezada por Luis Miguel Sánchez Cerro. Durante la revuelta, que ocurrió tanto en Lima como en Arequipa, ocurrieron enfrentamientos entre fuerzas gobernantes y los rebeldes. En medio de las luchas, la casa de Leguía fue asaltada, saqueada e incendiada. Leguía fue capturado cuando se disponía a huir del país y fue encarcelado.
 
Cronología de la caída de Leguía
El 12 de Octubre de 1929, Leguía es reelecto por tercera vez en un proceso fraudulento en el que era candidato único. Un grupo de militares y altos mandos políticos, entre ellos el presidente del Congreso, Foción Mariátegui, empiezan a confabularse en su contra.
 
En Agosto de 1930, un grupo de militares inicia una revuelta en Arequipa y ocupa la prefectura; el Comandante Sánchez Cerro proclama un estado de revolución. Se constituye una Junta militar de Gobierno y obligan a Leguía a renunciar, parte hacia el Callao en caravana con la intención de embarcarse en el crucero Almirante Grau que debía conducirlo a Panamá.
 
El 1 de Marzo de 1931 dimite a la presidencia de la Junta Militar y conforma un Gobierno Provisorio encabezado por Ricardo Leoncio Elías, presidente de la Corte Suprema. Este es prontamente disuelto y una nueva Junta es presidida por David Samanez Ocampo.
 
El 8 de Diciembre de 1932, Sánchez Cerro asume la presidencia de la República, tras un proceso electoral que le dio el 53% de los votos. Su contendor de esa época fue Víctor Raúl Haya de La Torre. Se restablece la Asamblea Constituyente, presidida por Luis E. Eguiguren.
 
La Crisis Mundial
El 24 de Octubre de 1929, el "jueves negro" se produjo el pánico en la Bolsa de Nueva York que luego se hizo famoso y que le siguió una baja mundial de precios. Empezó así la formidable crisis que debía durar hasta 1933. Este depresión tuvo sus primeras manifestaciones, en relación con el Perú, en una fuerte caída del precio del algodón y luego de las lanas en el mercado internacional que vino a sumarse a la que desde tiempo atrás, aquejaba al azúcar y que en seguida se acentuó. Produjéronse entonces la inestabilidad en la moneda por la baja del cambio, las restricciones del crédito, la disminución de las ventas, el colapso en el movimiento del comercio de la importación, la merma en los ingresos fiscales, la creciente alarma general.
 
La depresión mundial derribo primero al presidente Hernando Siles en Bolivia e hizo caer luego a Leguía en el Perú, para acabar con el gobierno del presidente de Chile Carlos Ibañez, el de Washington Luis de Brasil, el de Hipólito Irigoyen en Argentina y otros regímenes. La primera guerra mundial tuvo insoslayables efectos económicos, hacendarios, sociales y políticos.
 
Comenzaron a fines de 1929 la paralización de obras públicas que dejo sin trabajo a mucha gente, las economías en el presupuesto, las medidas para recaudar y distribuir mejor los ingresos públicos.
 
Al lado de la depresión y de las circunstancias económicas que predominaban en el país, debe ser tomada en cuenta como otra de las causas de la caída de Leguía, el desgaste de se régimen.
 
La Dimisión de Leguía
 
Ante la noticia de sublevación del sur, el domingo 24 de agosto de 1930 por la mañana reunió Leguía la Gabinete que presidia Benjamín Huamán de los Heros, anunció entonces su intención de no luchar, de organizar un ministerio militar y de reunir al Congreso para dimitir. Leguía había pensado formar el Gabinete militar, pero el Congreso, al tomar conocimiento de su renuncia y aprobase la constitución de la nueva junta militar, conformada por Manuel Ponce, Jefe del Estado Mayor, exigieron la inmediata salida del poder para adquirir así una nueva personería inmediata como gobierno autónomo.
 
La nueva junta militar no fue bien recibida por la opinión pública en Lima, y ofreció la convocatoria a una Asamblea Nacional; una nueva Constitución; la derogatoria de la ley juegos y salas, la supresión de los monopolios; severo vigilancia y manejo en la hacienda pública y sanción eficaz para quienes se habían enriquecido con el dinero público; la amnistía general y la liberta de los presos políticos de San Lorenzo.
 
El viaje de Sánchez Cerro de Arequipa a Lima, precipitó la caída de la Junta el 25 de Agosto de 1930 y la formación de una nueva Junta Militar dos días después. Presidente de ella fue Sánchez Cerro.
 
La prisión y muerte de Leguía
Del crucero de Grau, Leguía fue trasladado a la Isla de San Lorenzo. Tenía fiebre alta y se sentía mal. El 16 de Setiembre de 1930 ingresó a la Penitenciaría , junto con su hijo Juan. La celda que ocupó estaba en deplorables condiciones, incomunicado y sin servicios elementales, fue trasladado el 16 de Noviembre de 1931 a la Clínica Naval de Bellavista para que le hicieran una operación quirúrgica. El 18 de Noviembre cayo una bomba de dinamita en el Hospital y cayó a pocos metros donde ocupaba Leguía después de que fuese anunciada su mejoría. Sin embargo, murió en dicho hospital, el 6 de Febrero de 1932, a los 69 años. Se ha dicho que llegó a hacer una confesión donde dijo que no le guardaba rencor a nadie, que deseaba la felicidad y prosperidad al Perú y que su último pensamiento era para sus hijas e hijos.
 
Y así este hombre que había recibido mas homenajes que San Martin y Bolivar y había mandado al Perú durante un tiempo mas largo que ningún otro presidente, murió, dentro de las circunstancias mas lastimosas, en la prisión. No hubo otro gobernante de este país, salvo Alberto Fujimori (1990-2000) otro caso tan patético como el suyo. Al fin y al cabo lo habían dejado gobernar durante quince años, primero cuatro y luego once.
 
Balance del Oncenio
En resumen: si se fuera a buscar un saldo positivo a favor de Leguía durante el Oncenio, un criterio simpatizante señalaría lo siguiente:
1.Las condiciones personales de caudillo
2.El espíritu de empresa particular y pública que surgió en esa época.
3.La tendencia hacia la creación o el estímulo de una vigorosa clase media
4.El crecimiento material del país, que repercuto mas visiblemente en el progreso urbano, sobre todo en la capital.
5.La legalización de las comunidades indígenas
6.La legislación del empleado.
7.La implantación del impuesto progresivo sobre la renta.
8.La iniciación de una vasta política de irrigación en la costa con el anuncio de la reforma agraria.
9.Los esfuerzos para defender la moneda y su respaldo aun me dio de una política hacendaria manirrota.
10.La organización técnica de la Marina y la Policía.
11.La tendencia a la delimitación de fronteras, liquidando conflictos con países vecinos.
 
Al lado de sus méritos y de sus servicios al país Leguía tuvo, sin embargo, muchos aspectos censurables:
1.Se adueño por un acto de fuerza del poder.
2.Llevó a cabo una política de prodigalidad hacendaria y contrató empréstitos en operaciones severamente criticadas.
3.Fue despreocupado ante la indiferencia moral de algunos de sus partidarios.
4.No toleró ninguna clase de oposición.
5.No puso frenos al servilismo
6.Se embarco, caso único en la historia del Perú, en la secuela de las reelecciones sucesivas.
7.Hirió el sentimiento nacional con algunas de las soluciones con los conflictos de Colombia y Chile.
8.Efectuó el arreglo directo de la Brea y Pariñas.
9.No tuvo dentro de su vasta concepción de desarrollo del país un programa educacional.
10.No otorgo la importancia debida a la legislación obrera e indígena.
11.Tolero los abusos en la ley de conscripción vial.
12.Incluyó entre los diputados y senadores de su régimen a gamonales notorios.
13.Fue demasiado sumiso y deferente ante Estados Unidos, país que ponía en práctica una política de Imperialismo.
14.Fue indirectamente responsable de la desorientación y de la violencia que predominaron en la política peruana después de su caída porque había destruido algunas de las instituciones nacionales.


Fuentes:
LEGUIA, Enriqueta (2001), Un Simple Acto de Justicia. 3ª.ed. Lima
Historia del Perú Contemporáneo